El IIA está proponiendo una actualización en las normas de auditoría interna con un enfoque especial en la independencia, con el objetivo de guiar la práctica profesional de la auditoría interna a nivel global a partir del año 2025. La independencia se define como: “La ausencia de condicionamientos y/o limitaciones que impiden la capacidad de la función de auditoría interna para llevar a cabo sus responsabilidades de manera imparcial” en este contexto, se destaca la importancia de la participación de la auditoría interna en áreas estratégicas para mantener su relevancia.
Uno de los puntos clave del borrador es la recomendación de que la auditoría interna responda directamente al órgano de más alto nivel, lo que se considera ideal para evitar interferencias y limitaciones inapropiadas. Sin embargo, en casos en los que la relación no sea directa, se enfatiza la necesidad de implementar salvaguardias adecuadas para preservar la independencia. El documento subraya la obligación de la auditoría interna de comunicar cualquier impedimento a la independencia y proponer salvaguardias efectivas; esta comunicación proactiva se considera esencial para asegurar que la función de auditoría interna pueda llevar a cabo sus responsabilidades de manera imparcial.
La supervisión por parte del órgano de más alto nivel se presenta como un mecanismo crucial para la monitorización de impedimentos y la aplicación efectiva de salvaguardias, se describen situaciones específicas que podrían constituir impedimentos a la independencia, como la falta de acceso a datos relevantes y presiones para cambiar hallazgos de auditoría. La auditoría interna se insta a evaluar constantemente las condiciones que podrían afectar su independencia y a comunicar de manera proactiva cualquier impedimento real o potencial, la transparencia y la claridad en este aspecto son fundamentales para establecer la confianza y comprensión de las partes interesadas.
En cuanto a la asunción de roles distintos por parte de la auditoría interna, se destaca la importancia de incluir salvaguardias en los planes correspondientes, estos planes deben abordar no solo la independencia, sino también los posibles impactos en el plan de auditoría y los recursos disponibles; la documentación formal de políticas y procedimientos se presenta como un componente esencial en el manejo de impedimentos a la independencia. La auditoría interna debe establecer planes de acción específicos, detallando salvaguardias para abordar cuestiones de independencia; además, se enfatiza la necesidad de documentar servicios de aseguramiento proporcionados por otros proveedores como una salvaguardia adicional.
En resumen, el documento destaca la importancia crítica de la independencia de la auditoría interna y propone directrices claras y medidas prácticas para garantizar que esta independencia se mantenga y fortalezca. La transición hacia normas globales actualizadas a partir del año 2025 está diseñada para mejorar la práctica de la auditoría interna a nivel mundial y abordar eficazmente los desafíos asociados con la independencia en un entorno empresarial en constante cambio.
